1 de abril de 2011

Pasó más de media hora para darme cuenta,
del vestigio de un arroyo de sangre sobre mi cara,
un rato más tarde el arroyo seco se convirtio en torrente
un buen lapso de la mañana...

Ahora tengo una marca en la cara,
delatando la pesadilla de anoche.

En mi mente oscila la frase
¡Ahora si que estas rara!

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