A la orilla del mar,
de este inmenso mar de olaje rojo,
me encuentro.
Presiento que estás al final del ocaso,
puedo respirarte,
reconozco en la brisa tu dulzura,
te absorbo y te indulto por haber navegada a la otra orilla,
sobre todo y más que todo,
te anhelo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario