En las noches de silencio interminable acudo a mis demonios,
ellos, ladrones de sueños,
creadores de pesadillas,
se transforman en los mejores aliados y compañeros.
Les implóro me acompañen,
por esta noche,
a vertir su veneno en mi sangre.
Observo su catarsis
y por hoy cuidan mis sueños...
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