11 de marzo de 2011

Ella sabia que el viaje sería corto,
desde el primer aliento en el bosque supo que tendría que regresar en breve,
recorrió así cada rincón, conoció y dió nombre a cada ser, compartió los frutos silvestres con gnomos y hombres.

Yo habitante del bosque la vi y fui siguiendo, escondiéndome entre los huecos de los árboles,
cuando al fin mi compañía le pareció buena, me invitó a compartir la magia de la vida.

Ahora que ha regresado a esa lejana tierra,
                                             la busco sin saber a donde, mando señales para que pronto retorne,
en su bolso se llevo la luz de la luna.

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